LA VANGUARDIA.COM
Todos mantenemos vivas las imágenes de los berlineses de uno y otro lado, exultantes de alegría, encaramados en un muro agrietado y roto que anunciaba la caída de los regímenes comunistas. Más difícil es recordar la construcción del muro durante el verano de 1961.
Tras la capitulación de la Alemania nazi en mayo de 1945, el país fue ocupado por las cuatro grandes potencias vencedoras. En poco tiempo, la división territorial de Alemania y de Berlín se consolidó en dos grandes sectores. La zona occidental ocupada por Gran Bretaña, Francia y EE.UU. se convertiría en la República Federal de Alemania el 23 de mayo de 1949. Unos meses después, el 7 de octubre, se funda la República Democrática Alemana en la zona oriental, ocupada por el ejército soviético.
Consecuentemente, Berlín fue dividido en dos sectores. En realidad, la situación geopolítica de la antigua capital fue la causa principal de la división de Alemania en dos estados. La coexistencia entre las potencias occidentales y la URSS era difícil y compleja. Cada uno gobernaba su respectiva zona de ocupación pero en Berlín las fronteras eran más difusas y existía un intercambio diario de personas y mercancías entre las dos zonas. En junio de 1948, los gobernantes comunistas de Berlín del este intentaron incluir a toda la ciudad en la zona económica rusa e imponer su moneda. Ante el rechazo contundente de estas medidas por las potencias occidentales, el 24 de junio Stalin ordenó cerrar todos los accesos terrestres a Berlín occidental. Era el primer gran bloqueo de la ciudad y también el comienzo del famoso puente aéreo berlinés, que uniría la ciudad con la zona occidental de Alemania durante casi un año. El 12 de mayo de 1949, los soviéticos levantan el bloqueo al constatar su ineficacia y la constitución imparable de la Alemania federal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario