jueves, 17 de noviembre de 2011

Piloto quedó encerrado en el baño, pasajero quiso alertar a la tripulación y todos pensaron que era un atentado

(ABC).- El miedo de los estadounidenses a un atentado terrorista está llegando a unos límites que rozan la auténtica paranoia colectiva. El pasado miércoles, el pánico se desató en un avión de la compañía Chatauqua Airlines que cubría el trayecto entre Carolina del Norte y Nueva York, según informó el diario The New York Post.

Su piloto, apremiado por la urgente necesidad de ir al baño, quedó atrapado en su interior justo cuando el avión debía iniciar las maniobras de aterrizaje. La puerta quedó atascada y el piloto, desesperado por la necesidad de volver a la cabina del avión, comenzó a golpear la puerta.

Un pasajero ubicado en las primeras filas escuchó los gritos del piloto y, en su intento de ayudar, se dirigió a la cabina para intentar explicarle al copiloto, a través de la puerta cerrada, lo que estaba ocurriendo en el baño.

El copiloto, extrañado y asustado por la situación, se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto neoyorquino de La Guardia. A los controladores les explicó que «el piloto ha desaparecido, tengo a alguien con un fuerte acento extranjero tratando de acceder a la cabina ahora mismo y trato de lidiar con la situación».

Acto seguido matizó que «el capitán desapareció cuando fue a usar el baño. Me han dicho que está atrapado en el baño y alguien con un fuerte acento extranjero me está dando una contraseña para entrar a la cabina, pero no le voy a dejar».

Ante la estrambótica situación, los controladores optaron por permitir que el avión realizara un aterrizaje de emergencia. Y fue en ese preciso instante cuando el piloto logró salir del baño, presentarse en la cabina y dar las oportunas explicaciones a la torre de control: «no hay problema, no hay amenaza».

Según la cadena ABC, algunos aviones de combate fueron puestos en alerta y salieron de sus hangares para resolver el conflicto. Finalmente, el vuelo aterrizó sin problemas en Nueva York, y después de la supuestamente desternillante reunión entre el FBI, la Policía y las autoridades aeroportuarias, se dio el incidente por concluido.

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