Trípoli (REUTERS).- El régimen de Muamar Gadafi les ordenó bombardear con sus misiles las protestas civiles contra el dictador. Sin embargo, aquel 21 de febrero decidieron desertar aterrizando sus cazas Mirage en Malta. Medio año después, los coroneles Ali al-Rabiti y Abdullah Salheen han regresado a Libia.
La munición del avión de Al-Rabiti estaba diseñada para destruir edificios y blindados. Sin embargo, los mandos de Gadafi le ordenaron utilizarla contra el pueblo al inicio de las protestas, contagiadas por las revueltas árabes brotadas en el resto del norte de África.
Los dos pilotos han sido recibidos con aplausos, abrazos y regalos de docenas de compañeros, amigos y familiares a su llegada al aeropuerto de Mitiga, donde han sido trasladados por un avión de las Fuerzas Armadas de Malta.
"Me dijo exactamente después de cargar el avión que los misiles que teniamos no estaban preparados contra la gente, que habían sido diseñados contra tanques y edificios", explicó Rabiti en una rueda de prensa al llegar a Libia.
"Me dijo exactamente que debiamos bombardear a la gente y dejarla morir. Le dije 'bien' y cogí la información -el plan de vuelo-", añadió. Voló hacia su objetivo antes de cambiar el rumbo hacia Malta.
El piloto libio está decidido a continuar su carrera en la fuerza aérea: "Seguiré trabajando como piloto para defender y liberar Libia y sus cielos, no para matar a su gente. Continuaré mi trabajo, entrenando a la nueva generación de pilotos, para proteger Libia y sus cielos, no para matar a su gente",
El primer ministro de Malta Lawrence Gonzi, dijo en febrero que Libia le había exigido al país la devolución de los aviones, petición que rechazó la isla.
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